La gente me mira confundida cuando yo amorosamente
Me refiero a ti como mi
Hombre juguete, chico amante, amor que me trae alegrías
Mi mejor mitad, cariñito
Sí, aún estoy viendo al mismo chico
Sin etiquetas, sin escándalos, viviendo el ahora por nosotros
¿O puedo llamarte mi novio?
Hombre juguete, chico amante, ven aquí y tráeme alegría
Hombre juguete, chico amante
-Boyfriend? – Laura Bell Bundy-
“¿Qué sigue después de la universidad? Estamos aquí, parados en el precipicio del resto de nuestras vidas y hoy recibiremos en nuestras manos el pedazo de papel que responderá esa pregunta definitivamente. ¡Muy poco probable!”. Se producen risitas nerviosas en la audiencia. “Nos encontramos en el borde de un gran abismo, uno que no está definido por los últimos cuatro años de estudio, sino que está definido por nuestra decisión de salir y tomar la vida por las astas y vivirla. Hemos pasado nuestras vidas entre libros, computadoras y muy muy ocasionalmente, en salones de clases y auditorios”. Se escuchan las risas avergonzadas de los estudiantes, mientras los directivos de la facultad asienten en consentimiento.
“Bueno… Eso para algunos de nosotros. Otros pueden haber estado viviendo en fan fiction, facebook o durmiendo sobre un escritorio o un barril, pero ustedes entienden lo que quiero decir. Mi punto es que la universidad nos ha dado una burbuja en la que fuimos alentados a crecer, pensar y transformarse. Pero todo eso es una abstracción del mundo que llevaremos con nosotros y que mantendremos cerca en nuestras memorias en noches frías para recordar las épocas doradas. Recientemente he conocido a gente muy exitosa que han estado viviendo sin el beneficio de un pedazo de papel de una universidad. ¿Saben que a veces nos envidian nuestra burbuja, nuestro conocimiento, nuestra abstracción? Pero ellos se han ‘convertido en alguien’ sin la necesidad de este tipo de reafirmación”, siento que los profesores y los padres murmuran nerviosamente, pero continúo.
“No subestimen ni sobrevaluen sus logros académicos. Estamos en una época en la que somos sometidos a la inflación académica, y a pesar de que la mayoría no estamos calificados para atender mesas, necesitamos celebrar todas las posibilidades que se nos presenten en nuestras vidas”. Más risas. “Quizás no necesitemos un pedazo de papel, pero éste nos abrirá puertas de vez en cuando. También necesitamos a esos creativos e innovadores individuos y equipos que nos muestran que existen otras formas. Juntos, podremos lograr que sucedan cosas maravillosas. Con un poco de suerte, no todo será ilegal. Así que, ¿qué sigue después de la universidad? ¿Quién sabe? Pero prepárense. Salten y agárrense de las manos que les ofrecen ayuda. Y jueguen, naden, naufraguen alguna que otra vez. Pero, sobre todo, vivan”.
De repente la audiencia se pone de pie y yo miro alrededor, sonriendo. Se me cae una lágrima cuando pienso lo mucho que cambió mi discurso anoche, después de mi noche con Elliot. Me lamento por lo que él cree que perdió, pero al mismo tiempo estoy increíblemente maravillada por el hombre que es. Y observo a Christian por un momento, agradecida por el apoyo y la guía que le ha dado a Elliot para que sus sueños prosperen. Sonrío mientras vuelvo a mi asiento.
Después de la ceremonia, Christian me arrincona en el pasillo. Él fue un invitado especial de la graduación, dando un discurso sobre su apasionada investigación en WSU, su travesía personal y su visión de la pobreza del mundo. Sabía que era humanitario y que donaba grandes cantidades de dinero para su investigación en la universidad, pero no sabía que en verdad se interesaba tanto por lo que los resultados que esa investigación podría ofrecerle al mundo. Hay tanto por saber sobre Christian y Elliot Grey, que ahora entiendo por qué Ana está tan fascinada con Christian.
“Katherine. Necesito hablar con Ana pero no quiero atraer atención no deseada caminando hasta allí”, luce como un niño, esperanzado. Sonríe. “¿Podrías ir a buscarla? Por favor”. Mi buen humor juega a su favor. Asiento, me dirijo hasta la multitud y la veo, preparándose para juntarse con Ray. Tendré que apresurarme.
“Ana”, grito por sobre un grupo de personas que no se apartan del camino. “Christian quiere hablar contigo”. Dos chicas que están cerca de ella, se dan vuelta y la observan como si fuese un bicho raro. Sí, así es, mi amiga Ana y Christian Grey, ¿qué les parece? “Me envió a buscarte”, digo casi sin aliento, finalmente logrando atravesar la multitud y llegando hasta ella.
“Tu discurso fue genial, Kate”, me dice rebosando alegría y le doy una gran sonrisa típica de Kate K.
“Lo fue, ¿verdad?”, y estoy en verdad feliz, aunque desearía que Elliot hubiese estado aquí para verme. Ana se aleja en busca de Christian y yo me doy la vuelta, encontrando a mi hermano Ethan apuntándome con una videocámara. Empiezo a posar y hacer muecas y él se ríe.
“Sí, así se hace, nena”, baja la cámara, la apaga y me envuelve en un gran abrazo de hermano mayor.
“Bien hecho, hermanita. Estuviste asombrosa”, me besa en la mejilla y toma mi mano.
“Ven, Mamá y Papá están afuera hablando con los Michaelsons. Están esperando para ir a la carpa contigo. Creo que quieren una gran entrada al estilo Kavanagh”, rueda sus ojos y yo me río, siguiéndolo. Cuando los encuentro, mis padres me felicitan y me abrazan y luego nos dirigimos hacia la carpa. Veo a Ana parada junto a Ray pero sin Christian. Lo busco alrededor con la mirada porque tengo el presentimiento de que no está muy lejos. Él es como un satélite cuando se trata de ella y de repente, un pequeño diablillo aparece en mi hombro.
Miro a Ethan. “Hey, viste a Ana”, la señalo.
“Oh, sí, wow, ella luce muy sexy”, responde. Yo sé que él siente una pequeña atracción hacia ella pero nunca haría nada porque es mi amiga. ¿Me perdonará por esto?
“Mira, ella y Ray parecen un poco perdidos y yo debo ir a hablar con el rector. ¿Podrías ir hasta allí y saludarlos? Sólo cuídalos hasta que regrese. ¿Por favor, Ethan?”, intento poner mi mejor voz de hermanita pequeña y él pone los ojos en blanco de nuevo.
“Ok, pero me debes una, Kate. Date prisa”, me besa la mejilla y se va hacia ellos. En ese momento, cruzo la mirada con Christian. Él mira acusatoriamente y yo le ofrezco una pequeña sonrisa, saludándolo con la mano. Me acerco hasta él.
“Ese fue un discurso muy apasionado, Sr. Grey”, digo lo más dulcemente posible.
“¿Qué es lo que tramas, Katherine?”, por qué me llama así. Realmente comienza a fastidiarme.
“¿A qué te refieres?”, digo inocentemente y miro hacia donde está Ana. “Oh, ése es mi hermano, Ethan. Ven a conocerlo”.
Ira emana del cuerpo de Christian. Asustado por un poco de competencia, Sr. Grey. Bueno, mi hermano puede enfrentarse a ti. Veamos qué es lo que tienes.
Tomo su brazo y lo guío hasta el grupo. Él intenta parecer calmado y controlado. Pero puedo ver que está sintiendo todo lo contrario.
“Hola Ray”, suelto a Christian y le doy un beso en la mejilla al padre de Ana. Él se sonroja. Y entonces, mi diablillo asoma la cabeza otra vez. “¿Conoces al novio de Ana? Christian Grey”. Todos se quedan boquiabiertos, pero la única persona que no parece afectada por este anuncio, es justamente Christian. Maldición.
Christian está calmado al entablar conversación con Ray, quien luce sorprendido pero contento por la noticia. Mierda, se suponía que debía sentirse incómodo. Así que cambio de táctica.
“Y este es mi hermano, Ethan Kavanagh”, le digo a Christian, agradecida de que Ethan aún tiene su brazo alrededor de Ana. Toma eso, Grey. Ja! Ethan estrecha su mano con firmeza, para nada afectado por el factor Grey. Sospecho que es porque él tiene su propio pequeño factor Ethan Kavanagh. Christian vuelve a tener la postura de un predador y luce como si quisiera luchar.
“Ana, nena”, Christian extiende su mano hacia Ana y ella sale del abrazo de Ethan para ir a su lado, sumisamente. Me quedo boquiabierta y casi estoy esperando a que ella diga ‘sí, señor’. Parece que he perdido esta batalla pero la guerra está lejos de terminar, Christian Grey. Agarro a Ethan y nos alejamos, con el pretexto de tener que volver con nuestros padres.
“¿Qué demonios fue eso?”, me susurra Ethan, mientras caminamos entre la multitud.
“Acabas de conocer a Christian Grey, el dominante”, me río y Ethan se une a mis risas. Aunque una parte de mí se pregunta si esa no será la descripción verdadera de Christian Grey.
Estamos con mi familia en Andina, nuestro restaurante favorito en Portland. Mi papá hizo un brindis por mi éxito y ahora todos estamos haciendo lo que usualmente hacemos. Debatiendo los méritos de la última campaña electoral. Nuestras discusiones generalmente se vuelven bastante acaloradas y mi padre, el devoto Republicano, adora irritarnos a Ethan y a mí. Es divertido y una especie de tradición, aunque no es tan genial para los que nos observan, que por lo general nos toman demasiado en serio.
Mi madre tiene su postura en todo esto pero se sienta en silencio mientras nos mira cariñosamente. Ella es una diseñadora –y de ahí viene mi amor por la ropa- y viste elegantemente una de sus propias creaciones, al igual que yo. Me sonríe.
“¿Me vas a contar sobre él?”. La miro sorprendida. ¿Cómo lo sabe? Quizás Papá le dijo. Todavía no he hablado con él sobre aquella llamada telefónica.
“No sé de qué estás hablando, Mamá”, tomo un sorbo de vino y espero a que ella cambie de tema.
“Cariño, reconozco cuando hay un hombre involucrado. ¿Quién es?”, mantiene su voz en un tono bajo para no atraer la atención de Ethan y de Papá, quienes todavía están teniendo su profunda discusión política. No quiero mentirle pero todo es muy nuevo y no quiero arruinarlo compartiendo demasiados detalles. Respiro profundo.
“Elliot Grey”, digo, sin agregar nada más. Sus ojos se ensanchan.
“¿El constructor? ¿El hermano de Christian?”. Luce sorprendida. Mmm… Veo que Papi no te cuenta todo.
“¿Qué? ¿Elliot Grey todavía anda husmeando a tu alrededor? Creí que le había advertido”. Mi padre parece enojado y me pregunto por qué. Pero yo también estoy enojada y no me voy a acobardar. Tengo curiosidad.
“Sí, bueno, sé sobre tu llamada telefónica y no podrás alejarlo, Papá. Aunque, sinceramente, no logro entender por qué quieres que lo haga”, levanto mi copa, desafiándolo. Mi mamá luce estupefacta y sé que va a regañarlo cuando estén de camino a casa. Mi padre fue, en su tiempo, un periodista investigador muy talentoso y todavía puede oler historia desde metros de distancia. Él no haría esto si no estuviese realmente seguro de que hay una historia aquí. Así que, ¿qué es lo que cree saber sobre mi Elliot?
“Sólo no confío en esos chicos Grey. Son operadores expertos, Kate, son buenos en lo que hacen pero hay algo… raro sobre ellos”. Típico de Papá, dejarme con la duda. Él está siguiendo una corazonada y estoy casi segura de que es infundada.
“Querido padre, coincido contigo sobre Christian, pero Elliot es diferente. Vas a conocerlo. Lo he invitado para que venga a Barbados con nosotros”. Enciende los motores y huye a la velocidad de la luz. Casi puedo ver el humo saliendo de los oídos de mi padre.
“¿Qué has hecho qué? Kate, por qué harías eso”. Miro a Ethan, quien se encoge de hombros con una sonrisa en el rostro y su mirada fija en su vaso. Una típica expresión de ‘mejor tú que yo’. Y eso quiere decir que no recibiré ningún apoyo de su parte.
“Elliot y yo estamos juntos y tenemos una relación seria. Quiero que lo conozcas, apropiadamente, y ambos queremos ver hacia dónde va nuestra relación”, digo con un tono de confianza que en realidad no siento. Elliot pasará cinco minutos con mi padre y luego saldrá huyendo despavorido. Estas vacaciones probablemente fueron la peor decisión que pudimos haber tomado.
“Bueno, por mi parte estoy encantada de que lo hayas invitado”. ¿Apoyo de parte de mi madre? Wow. Ella me sonríe y ambas miramos a Papá. Él sabe que está siendo acorralado y protesta, recostándose en el asiento.
“Sigue sin gustarme la idea”, murmura, tomando bruscamente un trago de su bebida. Papi, cuándo vas a aprender que si intentas ordenarme qué hacer con mi vida, yo voy a rebelarme. Él lee el mensaje en mis ojos.
“Papi, ¿preferirías que continuara con esta relación a tus espaldas? Por qué no le das al menos una chance. Conócelo. Creo que aprenderás a quererlo”.
“Claramente como tú lo has hecho”, dice mi madre y yo me sonrojo. ¿Acabo de admitir eso frente a mi familia? Estúpida, estúpida, estúpida. Ethan casi se ahoga con su bebida y luego me lanza una gran sonrisa de ahora-sí-lo-has-conseguido. Bajo la mirada, sintiéndome más avergonzada de lo que jamás me he sentido en toda mi corta vida adulta.
Se produce una pausa mientras mi padre procesa toda la información y luego parece tomar una decisión, adoptando una apariencia calculadora que reconozco muy bien y que me produce desconfianza. Quizás él no esté decidido a aceptar esta relación, pero lo disimula estirándose por sobre la mesa y tomando mi mano. “Kate, si él es tan importante para ti, entonces está bien. Veamos si este joven muchacho es digno de mi pequeña niña. Pero si él te lastima…”
“Sí, lo sé. Testículos, cuchillos afilados… Lo ha oído antes, Papá”. Todos nos reímos ante la amenaza típica que mi padre les ha ofrecido a todos los novios que he tenido desde mis 16. En el fondo sé que tendré que cuidar a Elliot de mi papá. Y tendré que averiguar qué es lo que Papá sabe, antes de que me haga daño.
Llego a casa animada por mi exitoso día y en anticipación de mis vacaciones. Energizada, entro de golpe al departamento pero mi humor se desmorona al encontrarme a Ana en el teléfono, llorando desconsoladamente. Está hablando con su madre y me doy cuenta de que es algo relacionado a Christian. En cuanto cuelga, ataco.
“¿Otra vez te ha molestado ese idiota obscenamente rico?”. Desearía haber arrastrado a Ana y a Ray a cenar con nosotros. Quizás entonces Ana estaría en un mejor estado. Me responde trastabillando incoherentemente.
“Sólo mándalo a pasear, Ana. Has estado dando tumbos de arriba abajo desde que lo conociste. Nunca te había visto así”. No puedo evitar pensar que si él fuese normal y comprometido, ella estaría feliz como yo lo estoy con Elliot. No me parece justo que dos hermanos, criados en la misma familia, tengan patrones tan diferentes cuando se trata de tener una relación. Quisiera que todo le resultara más sencillo a ella, que sea blanco o negro. Pero sé que será más complicado que eso.
Ana se sienta en el sofá y noto que se mueve rígidamente, como si hubiera sido golpeada con un bate de baseball. Me da la excusa de que se cayó y aterrizó sobre su trasero. Y quiero creerle, porque sé que puede ser muy descoordinada, pero algo en la manera en que lo dice me suena a que no es cierto. Entonces vuelvo a pensar en el comportamiento dominante/sumiso que vi en la graduación y un pensamiento horrible aparece en mi mente. ¿Él le está pegando? Me siento un poco horrorizada por el rumbo que están tomando mis pensamientos así que me voy a la cocina en busca de vino. Coloco mis manos en la mesada de la cocina y respiro profundo. ¿Cómo manejo esta situación? Si estoy equivocada, ella me odiará por siempre. Si estoy en lo correcto, entonces necesito ayudarla a salir de esto. ¿Será esto a lo que se refería mi padre? Seguro que no.
Salgo de la cocina y le entrego su trago.
“Aquí tienes”. Me siento tan insegura sobre cómo proceder. Con delicadeza. “Ana, si es un idiota que tiene problemas de compromiso, déjalo. Aunque realmente no entiendo sus problemas. Lo vi en la graduación, no te sacaba los ojos de encima; te observaba como un halcón. Diría que está completamente encantado, pero quizás tiene una manera extraña de demostrarlo”. Por favor, Ana, háblame. Me pone los pelos de punta, pero ¿en verdad te está lastimando?
“Kate, es complicado. ¿Cómo estuvo tu noche?”. Está desviando la conversación, como suele hacer. Tema cerrado y prohibido. Converso con ella por un rato, con la esperanza de que se relaje y me cuente algo, pero guarda completo silencio al respecto. Le doy un abrazo. Debo llamar a Elliot.
“Hola nena, ¿cómo te fue?”, suena feliz de escucharme y yo ciertamente estoy feliz de hablar con él. Le cuento sobre mi ceremonia y mi discurso y le prometo que Ethan ha filmado todo.
“Le dije a mi familia que vendrías a Barbados”. Hago una pausa y él se queda en silencio.
“¿Y…?”, susurra y puedo escuchar la falta de confianza en su voz.
“Y… Están encantados de que vengas con nosotros”.
“Sí, excepto tu padre”, murmura. Oh cariño; realmente está preocupado de conocer a mi padre cara a cara y eso es muy dulce.
“Incluyendo a mi padre”, digo suavemente, aunque sé que es mentira.
“¿En serio?”, escucho la esperanza en su voz. Oh Elliot, eres tan dulce.
“En serio. Les dije cuánto significabas para mí y quieren pasar tiempo contigo”, digo confiadamente. Sólo una pequeña mentira, nene.
“¿Cuánto significo para ti?”, su voz algo incrédula. “¿Qué les dijiste?”
“Prácticamente eso”, me encojo de hombros. “Que eres realmente importante para mí y que queremos tener la oportunidad de ver hacia dónde va esto. Explorar si tenemos un futuro juntos. Ya sabes… Saber si vamos en serio”.
“Wow”, lo escucho expirar con brusquedad. “Eres una mujer valiente, Kate Kavanagh. ¿Cómo lo tomaron?”
“Bueno, la realidad es que mi madre lo supo antes de que yo dijera nada. Supongo que no puedes esconder esas cosas de tu madre, ¿verdad?”
“Supongo. Oh, mierda. Mi madre”, dice con pánico en su voz. “Le conté a mi madre sobre ti ayer, en el almuerzo. ¿Crees que se haya dado cuenta también? No me dijo nada”.
Me río. “No conozco lo suficiente a tu madre como para contestar eso, nene. Mi madre puede leerme como a un libro. Me preguntó sobre ti en cuanto sirvieron el postre. Quizás tu madre no es tan intuitiva sobre ti”.
“¿Por qué? ¿Porque soy adoptado?”, pregunta, sonando ofendido.
“No, porque eres hombre. No sé si Mamá puede leer a Ethan tan bien como a mí”, me río de sus inseguridades. Es tan adorable.
“Bueno, me alegro de que les hayas contado. Ahora puedo reservar un boleto sin sentirme como un intruso”. Sonrío, deseando que mi papá no hubiese plantado dudas en mi cabeza. Entonces recuerdo para qué lo llamé.
“Elliot, necesito preguntarte algo y no quiero que te enfades. ¿De acuerdo?”. Estoy realmente nerviosa de preguntar esto pero no puedo irme de vacaciones por dos semanas y dejar sola a Ana si ella está en peligro.
“Claro”, suena cauteloso. “¿Qué pasó?”. Sólo espero que Elliot pueda permanecer en calma ante la horrible acusación que voy a hacer de su hermano. En verdad espero estar equivocada sobre toda esta situación.
“Es sobre Christian”, hago una pausa, sin estar segura de cómo seguir.
“¿Qué sucede con Christian, Kate?”, ahora sí su voz es precavida, porque sabe que yo no confío en Christian. Me preocupa tanto que Elliot termine odiándome por esto que desearía detener la conversación. Pero continúo.
“Es Ana… Está actuando extraño… De forma totalmente atípica de ella”, digo. Él se mantiene en silencio. “No lo sé… Christian es tan dominante con ella, o ella es tan sumisa con él… No sé cómo explicarlo. Parecería como si él la intimidara y luego hoy…”, me detengo. No puedo hacer esto.
“Kate, cariño, ¿qué pasó hoy?”, hay miedo en su voz. Pero tampoco suena sorprendido, es como si hubiera estado esperando esto. ¿Qué demonios está sucediendo?
“Elliot, Ana actúa como si hubiese sido herida físicamente. Dice que fue un accidente pero… él lucía como… y ella, bueno, ella parecía estar lista para arrodillarse a sus pies si él se lo pedía. Yo estaba esperando a que lo llamara Señor. Es como que él tiene un poder extraño sobre ella y…”, y ahora estoy asustada de haber ido demasiado lejos. “Me preocupa que él la esté golpeando”, susurra.
Él jadea. “Mierda. Kate. No lo sé… Yo sólo…”, y definitivamente eso no es lo que esperaba oír. Él sabe algo. O lo sospecha. “Escucha, de lo único que estoy seguro es de que mi hermano realmente es un buen hombre, un hombre ético. Pero él no tiene relaciones normales. En verdad no sé mucho más sobre eso ni tampoco es de mi incumbencia. Pero según lo que he leído, si él y Ana están… lo que sea que estén haciendo… entonces es algo consensual. Él no lo haría si ella no hubiese aceptado”.
“¿De qué estás hablando? ¿BDSM?”, digo, incrédula. ¿En qué mierda se está metiendo Ana? “Pero ella nunca ha tenido una relación. No una relación sexual”. Y ahí me doy cuenta. ¿Es por eso? ¿Porque ella busca ese tipo de relación y ahora Christian Grey está dispuesto a darle lo que busca? Me quedo boquiabierta y ambos nos mantenemos en silencio por unos minutos.
“Mira, Katie, realmente no creo que Christian le haría daño estando enojado. Él ha pasado por muchas situaciones de mierda en su vida y es mucho más fuerte emocionalmente que lo que cualquiera esperaría. Eso es porque trabaja muy duro para mantener todo bajo control, él organiza todo. Incluso nuestras relaciones familiares. Pero al mismo tiempo tiene una gran capacidad para amar y, como te dije con anterioridad, hay algo en su relación con Ana que es diferente. Él está distinto. Si logran mantenerse juntos, en verdad pienso que Ana será buena para él. Pero toda esta cosa del BDSM, eso también es diferente. Creo que ambos tienen que estar dispuestos y si ella no quisiera, estoy seguro de que él no la forzaría”.
Me está costando procesar todo esto, pero él continúa. “Otra cosa que debes saber es que él tiene gente a su alrededor que observan todo. Son empleados, él les paga y ellos viven y trabajan en su departamento. Pero también son mis amigos y todos nos preocupamos por él. Ninguno de nosotros dejaríamos que algo llegue demasiado lejos. Ellos harán todo lo que puedan para mantener a salvo a Ana. Porque lo quieren y aprecian a Christian”.
“¿Qué? ¿De quiénes estás hablando?”. Esto me suena un poco disparatado.
“Hace unos años me enteré de que Christian estuvo en una relación que no fue muy buena. Era de BDSM y era consensuada pero él era menor de edad cuando comenzó. Con una mujer mucho más grande. Nosotros, Gail, Jason y yo, lo sacamos de esa situación. Él no sabe que estuvimos involucrados y preferiría que nunca se entere. Pero en ese momento hicimos un pacto de mantener su vida personal privada y de mantenerlo a salvo”.
“¿Quiénes son ellos?”, pregunto.
“Son viejos amigos de la secundaria pero ahora trabajan para Christian. Han trabajado para él los últimos cuatro años. Jason es su guardaespaldas y Gail su ama de llaves. Ellos saben más de su estilo de vida de lo que yo jamás querré saber, pero son buenas personas. Puedes confiar en que cuidarán de Ana”.
“Oh, mierda. Estoy tan asustada por ella”, susurro. Y me doy cuenta de la cantidad de información que acaba de darme. Debe confiar mucho en mí y estoy sorprendida. “¿Por qué me has contado todo esto?”
“Katie, amo a mi hermano y te amo a ti. Quiero… que esto que tenemos… Sé que lo que siento va en serio, nena. Eso significa que tienes que saber toda mi mierda. Pero debes prometerme que no dirás nada de lo que sabes. Lo que él hace, lo que podría estar haciendo, no es contra la ley. Diablos, ni siquiera es peligroso según lo que sé. Sólo un poco más pervertido que sexo telefónico”. Esto activa mis capacidades. Necesito investigar al respecto. “Así que por favor, sin pedirte que firmes un contrato de confidencialidad, ¿podemos mantener esto entre tú y yo? Y te prometo que seré yo el primero de la fila con un cuchillo afilado si alguna vez se pasa de la raya con ella”.
Sus palabras me hacen reír un poco. “De acuerdo”, susurro. “Elliot, gracias por ser tan honesto conmigo. No tenías que hacerlo”.
“Sí, tenía, cariño. Eres mía ahora, Katie, para amar y apreciar. La confianza va de la mano”. Todo este asunto me está dejando sin aliento. Elliot y Christian. Estoy confundida. “Escucha, debo irme, tengo que levantarme temprano mañana. Tú debes ir a cuidar a Ana. Y te conozco, ve a investigar un poco. Lo entenderás todo mejor que yo”.
Y una vez más me doy cuenta de lo difícil que debe haber sido para él triunfar en un mundo donde habilidades alfabéticas son requeridas para avanzar. Estoy tan orgullosa de quién es.
“Nos vemos, nena”, su voz es queda.
“Nos vemos, Elliot”, susurro.
Vuelvo al living para hablar con Ana, pero ella se ha ido a la cama. Decido que me haré una taza de té y justo cuando estoy por ir a preguntarle si quiere una, alguien toca la puerta. No, es más como un golpe. Al principio me da un poco de miedo abrir, pero luego escucho una voz del otro de la puerta.
“Anastasia, Katherine, abran. Soy Christian”. Golpe, golpe, golpe.
Abro la puerta con fuerza, mostrando todo mi enojo y hostilidad. Este bastardo pervertido está jodiendo a mi amiga y no voy a permitir que se salga con la suya tan fácilmente. Quizás no vaya a contarle al mundo sus secretos, pero sin dudarlo le diré lo que pienso de él.
“¿Qué mierda crees que haces aquí?”. Su respiración está agitada y me mira con una preocupación frenética. ¿Qué? ¿Qué está haciendo aquí? La deja llorando y ¿ahora actúa como si le importara?
“Katherine, necesito ver a Anastasia”, intenta entrar al departamento, pero yo le bloqueo la entrada.
“Bueno, no puedes”, espeto con enojo.
“Quítate de mi camino, ella me mandó un mail y necesito verla”, sus ojos centelleantes.
“¿Qué mierda le has hecho ahora?”. Él le envió un mail. ¿Por qué mierda no puede dejarla tranquila?
“Mira, sonaba molesta, sólo quiero asegurarme de que está bien”, cierra sus ojos como si estuviese dolorido y luego los abre y me mira fijamente.
“Desde que te conoció, llora todo el tiempo”. Veo el horror en su rostro. Sí, bueno, si vas a tratarla como si fuese un juguete que puedes usar y desechar a tu gusto, qué más esperabas, imbécil.
“Por favor, quítate de mi camino”. Me empuja para pasar.
“¡No puedes pasar!”. Soy vagamente consciente de que la puerta aún está abierta y que probablemente nuestros vecinos puedan oírnos, pero ¡qué demonios! Me mudaré en dos días de todos modos.
Atraviesa a zancadas por el departamento y se mete en su habitación, yo siguiéndole los pasos bien de cerca. Si ella quiere que se vaya, entonces lo echaré a patadas. No me importa lo grande que sea. Él enciende la luz y ella se da vuelta para mirarnos, entrecerrando sus ojos, con lágrimas recorriendo sus mejillas. Oh, Ana.
“Jesús, Ana”, apaga la luz y se acerca para encender la lámpara de su mesita de luz. Me paro en la puerta, para que ella pueda ver que estoy allí.
“¿Qué estás haciendo aquí?”, su voz es un jadeo ronco. Me sorprendo de lo mucho que todo esto la está afectando y me gustaría poner en práctica mis oxidadas habilidades de artes marciales.
“¿Quieres que eche a este imbécil?”, pregunto. Dame una oportunidad, para poder enterrarle bien mi rodilla en su miembro. Sólo dame una oportunidad.
Christian luce algo sorprendido y asustado. Deberías estarlo, idiota. Y entonces Ana niega con la cabeza. Oh, Cristo, voy a tener que mantener la guardia ahí afuera toda la noche. No hay nada más que pueda hacer. Tal como Elliot ha dicho en varias ocasiones, son adultos; Ana es adulta y en este momento está dando su consentimiento a su presencia.
Pero si llego a escuchar una mínima cosa que pueda malinterpretar como violencia física, tiraré abajo esta puerta y destruiré a este idiota.
“Sólo llama si me necesitas”, intento mantenerme amable con Ana pero sonando lo suficientemente amenazadora como para que Christian entienda el mensaje. “Grey, estás en mi lista negra y te estaré observando”. Él luce sorprendido. Bien. Salgo y cierro la puerta, pero la dejo un poco entreabierta. Si el bastardo cree que no me sentaré aquí haciendo de perro guardián, está muy equivocado.
Los escucho hablar en voz baja pero no puedo escuchar lo que están diciendo. Entonces Christian sale de la habitación y viene a la cocina, en donde estoy tomando mi té.
“Kate”. Oh, ¿ahora me llamas Kate? “¿Tienes Ibuprofeno? Y un vaso de agua, por favor”. Luce arrepentido. Me muevo en la cocina, tomando lo que me pidió, silenciosamente. Le entrego las cosas y él sostiene mi mano por un momento, mirándome a los ojos.
“Lo siento”, susurra. Y puedo ver que lo dice en serio. Parece perdido y noto que toda esta situación lo sorprendió más a él que a cualquiera de nosotros. Oh, Christian, si sientes por Ana la mitad de lo que siente Elliot por mí, entonces tienes arreglar esto. Deja de lastimarla.
“Sólo asegúrate de que ella lo sepa”, susurro. Él me mira y asiente, luego suelta mi mano y regresa con Ana. Esta vez cierra la puerta por completo y yo lo dejo. Escucho por un momento pero todo parece muy callado ahí dentro. Tomo el celular y le envío un mensaje de texto a Elliot.
Él está aquí.
¿Todo bien?
Sí. Creo que lo siente.
De acuerdo, nos vemos.
Te amo. Nos vemos.
[…] Capítulo 17 – ¿Novio?- […]
LikeLike
Waw sasha que buen capitulo amiga hiciste ciertos cambios pero te quedaron muy bien, gracias por estos nuevos capítulos, he tratado de llamar la atención a tu historia pero te tardas mucho y las mujeres son impacientes un beso.
LikeLike