¿Alguna vez se preguntaron por la conversación de Kate y Christian la noche que él visitó a Ana?
Haces cosas crueles
Gastas mucho dinero
Desearías ser más rico
Quieres más cosas
No te quejes, no te apresures
Hey, tú no eres agradable
-You’re Not Nice – Lura-
Al día siguiente continué empacando, trabajando en mi discurso y comprando ropa para mis vacaciones. Cuando llegué al departamento esa tarde, me encuentro con Ana vestida en ropa deportiva, preparándose para salir a correr. Me saluda con la mano y se dirige hacia la calle. Al verla, casi se me caen todas las bolsas al piso. En los cuatro años que hemos vivido juntas, sólo la he visto ejercitarse un par de veces, y generalmente por obligación. Así que o está atravesando alguna fase de cambio de estilo de vida, o está intentando liberar energía. Y entonces me doy cuenta de que dados los eventos de las semanas pasadas, probablemente sean ambas cosas. Decido no cuestionar demasiado el asunto y me dirijo a mi habitación.
Cuando regresa, le pido que me dé su opinión sobre mis nuevos atuendos. Por supuesto, no todos son para mí y estoy intentando averiguar cuáles son los que más le gustan para poder ‘prestárselos’. Ana no tiene la misma situación económica que yo ni tampoco una madre diseñadora de ropa que es figura internacional; y es bastante reacia a gastar dinero en ropa. De hecho, creo que podría contar con los dedos de mi mano la cantidad de veces que en los últimos cuatro años la he visto vestir otra cosa que no sean jeans y zapatillas Converse. Pero de vez en cuando logro que se vista con algún atuendo un poco más sofisticado. Lo que ella no sabe es que pienso en ella cuando compro las cosas, sólo que jamás podría dárselas directamente como un regalo. Se sentiría muy ofendida si lo hiciera. Así que jugamos este juego, donde yo pretendo comprarlas para mí pero ya no las uso o finjo que me las enviaron de algún show de mi madre. Incluso tengo en mi ropero dos vestidos con zapatos a juego de la próxima colección de primavera de mi madre, que planeo ‘pasarle’ a Ana para la graduación. Con un poco de suerte, ella las aceptará sin quejas, porque tiene el cuerpo ideal para esas prendas y se verá hermosa en ellas. Además, mi mamá las diseñó específicamente para ella.
Claro, yo tengo que hacer malabares para regalarle cosas pero viene Christian Grey y le regala una laptop y una colección de libros de primera edición de Hardy, y ella ni lo cuestiona. Quizás eso sea parte de lo que me fastidia de él. Él está constantemente dándole ‘cosas’, lo cual es tan poco Ana, que siento como si estuviese intentando comprarla. Me preocupa que no estén teniendo una relación sino más bien un ‘intercambio de servicios’.
Estamos a la mitad de empacar nuestras habitaciones, cuando escucho que golpean la puerta. Mi corazón da un vuelco pensando que quizás sea una visita sorpresa de parte de Elliot, pero cuando abro la puerta me encuentro a Christian. Supongo que la decepción está escrita en mi rostro.
“Buenas noches, Katherine. ¿Decepcionada de verme?”, tiene una sonrisa de arrogancia en su rostro. Idiota formal y arrogante.
“Christian, para nada; no hay nada más común y corriente que verte”, tal vez sea bueno dejarle en claro que no lo apruebo, así será cuidadoso. “¿Has venido a acosar a mi compañera de cuarto? ¿O simplemente es el comportamiento típico del plan de seducción de Christian Grey?”. Sí, conozco tus trucos.
“¿Qué es lo que ve mi hermano en ti?”. La sorpresa se debe reflejar en mis ojos y luego me pongo furiosa. Entonces comprendo, él tampoco confía en mí. Y en ese momento sé que, por mucho que Elliot trate de defenderlo, el sentimiento es mutuo. Sólo está intentando cuidar a su hermano. Tiempo de calmarse, Kavanagh.
“Mira, parece que hemos empezado con el pie izquierdo”, digo alejándome de la puerta para que él pueda entrar. “Me disculpo, sólo quiero que Ana sea feliz”.
“¿Y piensas que yo no la haré feliz?”, pregunta. No, Christian Grey, no creo que la vayas a hacer feliz.
“Sólo ten cuidado con su corazón, Christian. Ella no tiene mucha experiencia en relaciones y puede resultar herida con facilidad”. Sus ojos se ensanchan por un momento ante mis palabras.
“Lo que sea que suceda entre Ana y yo, es asunto nuestro. Espero que comprendas eso”. Habla con un tono tan de negocios que no puedo evitar sentir que está negociando un contrato. Es perturbador.
“Quizás. Pero cuando rompas su corazón, seré yo quien tendrá que juntar las piezas y volver a unirlas”, inclino un poco mi cabeza para mirarlo fijamente. Su altura es imponente y la está utilizando, junto con su buena apariencia, para intimidarme. Reconozco la táctica y no funcionará. “Sólo no la lastimes demasiado”.
“Lo tendré en consideración. Ahora, ¿puedes mostrarme dónde está?”. Me detengo por un momento y luego, contra mi mejor juicio, le muestro el camino hacia su habitación.
Media hora después, él aparece en el living. Levanto la mirada, esperando a que Ana aparezca también, y luego frunzo el ceño cuando se hace evidente que ella no saldrá. ¿Qué? ¿La has atado a la cama, Grey?
“Katherine, ¿tienes vino?”, pregunta, sin ningún tipo de vergüenza.
“¿Este es tu MO (Modus Operandi), Grey? ¿Emborracharla y convencerla de que haga lo que digas? Es un comportamiento un poco juvenil, ¿no crees?”, respondo, sin ocultar mi tono de acusación. “No puedes tener tanto para ofrecer”.
Se ríe. “Katherine, no tienes idea. El vino, por favor”. Nos observamos el uno al otro por un momento. Oh, de acuerdo. Me dirijo a la cocina para buscar las copas y el vino. Decido darle el vino que no tengo en el refrigerador. Le servirá para darse cuenta de que no me agrada. Le entrego la copa sin demostrar nada en mi expresión, y espero atentamente a que registre que la copa que tiene en sus manos no está fría.
Él me sonríe y va directo hasta el refrigerador, saca la cubitera y coloca un cubo de hielo en la copa. Lo revuelve con su largo dedo y luego coloca el dedo en su boca, para chupar el vino. Tiene un destello en los ojos, mientras yo lo observo con la boca abierta, y luego se va de nuevo hacia la habitación de Ana. Una vez que se ha ido, noto que sólo agarró una de las dos copas, por lo que tomo la otra y la bebo de un solo trago. Oh dios, estos hombres Grey son de otro mundo.
Decidida a no escuchar nada de lo que ocurrirá en ese cuarto, busco mi Ipod y continúo empacando. Alrededor de una hora después, él sale, luciendo completamente satisfecho consigo mismo; asiente hacia mi dirección y se va del departamento, sin decir nada. Ana no sale de su habitación y comienzo a preocuparme. ¿Qué tal si él la ha desmayado mientras yo estaba aquí, tranquila, bailando Michael Buble? Me acerco hasta su puerta y la escucho llorar del otro lado. Dudo por un minuto, pero finalmente, toco su puerta.
“¿Ana?”, susurro. Ella abre la puerta y lo veo escrito en todo su rostro. Pura devastación y confusión. La envuelvo en un gran abrazo. “¿Qué sucede? ¿Qué hizo ese repulsivo bastardo?”
No quiero hablar mal de él, pero realmente me da escalofríos, y desearía que ella y Elliot pudieran darse cuenta. Él tiene un cartel en su frente que dice ‘predador’, y usa su sexualidad como arma. ¡No me sorprende que nunca haya tenido novia! ¡Se las debe comer vivas! Y por un momento me aterroriza que él tal vez sea algún tipo de asesino serial.
Nos sentamos en su cama y ella parece querer contarme todo, pero luego la veo contenerse. ¿Qué tipo de atadura tiene sobre ella? Generalmente nos contamos todo, y me pregunto si los hombres Grey tienen en común la habilidad de silenciar a sus mujeres. Mi parte feminista comienza a protestar ante esa idea. Si Elliot hiciera eso conmigo, yo no querría estar con él, ¿verdad?
Sé que tuvieron sexo, ella tiene el cabello alborotado y mientras hablamos intento peinárselo.
“Sólo que pienso que nuestra relación no llegará a nada”. Suena tan triste, que puedo ver que realmente desea que la relación funcione. Una vez más, me pregunto cómo podríamos ayudar Elliot y yo. En realidad no me interesa Christian pero si es lo que Ana quiere, entonces al menos debo apoyarla para que lo intente.
“Creí que habías dicho que lo verías el miércoles”. Entonces me confiesa que le envió un mail haciéndole una broma, y él pensó que ella estaba terminando con él. Oh Dios. Él realmente la quiere. Si no lo hiciera, no hubiese dejado todo repentinamente para venir hasta aquí. Se lo digo y Ana me responde con un lenguaje que no es para nada usual en su repertorio.
“Vino aquí para follarme, eso es todo”. Me sorprendo ante sus palabras.
“¿Quién dijo que el romance estaba muerto?”, pienso, y luego me doy cuenta de que lo dije en voz alta. Se encoge de hombros.
“Usa el sexo como arma”. Sí, ya me di cuenta de eso, Steele.
“¿Follarte hasta la sumisión?”, pregunto en broma pero algo se registra en su rostro ante mi elección de palabras. Hay algo realmente extraño en todo esto pero noto que no me dirá nada más al respecto. Es como si tuviese una orden de guardar silencio o algo así. Parece medir sus palabras y una vez más me pregunto sobre el poder que tiene ese hombre. Todo esto no es normal.
La dejo cambiar de tema y hablamos un poco de Elliot pero yo también me estoy conteniendo. Sólo que soy mejor en desviar conversaciones. Qué puedo decir, es una habilidad Kavanagh. Me acuerdo de pasarle el mensaje de que su madre no vendrá a su graduación mañana porque su padrastro (el número 3) ha tenido un accidente. Me siento mal por ella pero a veces creo que Carla disfruta la distancia en su relación. Al menos Ray, el padrastro de Ana, el segundo matrimonio de Carla y el hombre que Ana llama ‘papá’, es un poco más estable en su vida. Sólo espero que Christian Grey no sea otra decepción en su vida.
A la noche siguiente, intento darle mi mejor apoyo antes de su cita con Christian. Ella está nerviosa, más nerviosa de lo que esperaría de alguien que está haciendo cosas salvajes con un hombre que parece querer devorarla. Desearía que tuviera un poco más de confianza en sí misma. Entonces podría poner a Christian sobre su trasero, en vez de sentirse tan intimidada por él. Después de verla partir, estoy inquieta. Quiero esperar despierta hasta que vuelva, pero sospecho que quizás no regrese a casa esta noche. Estoy considerando llamar a algunos amigos para salir a beber unos tragos, cuando alguien toca a la puerta.
Es fuerte el sentimiento negativo de kate por cristian, y a mi personalmente se me parecen en casi todo menos en el cuarto rojo je je y quizá por eso se repelen, sasha este capitulo en especial me encanto, pues lo pone a uno a pensar gracias amiga un beso.
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