Rescostarse completamente y soñar dulce

No puedo hacerlo sin ti

No puedo hacerlo contigo

Quizás nunca contigo

Y vendería mi alma por un control total

Total Control – The Motels

 

Más tarde esa noche, caí en la cuenta de que también tendría que convencer a José. Cuando Ana lo llamó, pude oír en el teléfono su resistencia a aceptar lo que ella le estaba pidiendo. Comenzó con su argumento de soy-un-artista, diciendo que sólo fotografía paisajes y no personas. Curioso; parece que olvida que en sus momentos de víctima-de-amor-no-correspondido, lo he visto tomando fotografías de Ana sin que ella se dé cuenta. Sólo por esa razón, voy a lograr que acepte su parte en el “plan Grey”.
Finalmente, no soporto más la conversación que están teniendo y le quito el teléfono a Ana, cuya mandíbula casi toca el piso. Sí, sí, controladora e impaciente, ese es mi MO. En cuestión de segundos, estoy regañándolo y, al mismo tiempo, amenazándolo con no escribir en el periódico sobre su exhibición fotográfica a menos que nos ayude. Ambos sabemos que podría conseguir que Levi lo haga en un abrir y cerrar de ojos. Sin importar los compromisos que tenga, ningún buen fotógrafo se perdería esta oportunidad. No sé si él se da cuenta de que hay algo raro en todo esto, pero no dejo de insistirle porque necesito a José ahí, por el bien de Ana. Ella debe ver a José y a Christian Grey juntos y, dada mi mórbida curiosidad, también yo.

 

Una vez que le explico las cosas en términos que entienda, el tono de José cambia y se rinde fácilmente al encanto Kavanagh. No soy tonta. Si hay una conexión visible entre Ana y Christian Grey, José me reprenderá luego. No lo hace en este momento por miedo a que Ana escuche.

 

Una vez que aseguro el trato con José, le devuelvo el teléfono a Ana y le digo que llame a Christian Grey. Cuando él atiende, oigo su tono abrupto y de negocios. Es muy frío en el teléfono, una característica que utiliza mi padre y, en ocasiones, también yo. Ana luce como un pequeño ciervo asustado pero cuando menciona quién es, sucede la cosa más extraña. La actitud de él cambia por completo, y por el teléfono comienza a sonar un murmullo seductor que retumba en toda la habitación. Ahora es mi turno de quedar estupefacta. ¿Qué demonios?

 

Ana percibe que estoy escuchando y se dirige a la cocina para tener privacidad. Observándola, me doy cuenta de que está afectada por él. Diablos, yo también lo estaría, y eso me sorprende. La curiosidad me gana y la sigo silenciosamente. Su cuerpo está congelado y hay un pequeño temblor en su mano que coincide con el de su voz. Ella no nota mi presencia allí hasta el fin de la conversación. Cuando voltea a verme, veo en su rostro una mirada totalmente asombrada y, segundos más tarde, suelta el aire que estaba conteniendo. Oh, amiga, ¡te ha pegado fuerte!
“Anastasia Rose Steele. ¡Te gusta! Nunca antes te he visto o escuchado tan… Tan… Afectada por alguien. En verdad estas sonrojándote”. Sé que no debería haber estado escuchando ni tampoco insistir con el tema pero este es un lado de Ana Steele que nunca he visto en cuatro años de amistad. Cualquiera diría que este aspecto apasionado le sienta bien, pero la realidad es que me asusta demasiado. La pobre inocente Ana no tiene idea de lo peligroso que puede llegar a ser este tipo. Y si se ha pasado todos estos años sin ser visto en público con ninguna mujer, entonces ¿qué hace con los cadáveres?

 

Cuando señalo el efecto físico que él tiene en ella, me regaña, argumentando que se sonroja todo el tiempo. ¡Mentira!. Y entonces dice algo que me deja alarmada.

 

“Sólo lo encuentro… Intimidante, eso es todo”. Oh Ana. Eso no es todo y no está nada bien. Si te vas a enamorar de alguien, no dejes que sea alguien que te intimide.

 

Me doy vuelta, balbuceando algo sobre organizar un espacio en el hotel Heathman. Era evidente que ese sería el lugar donde escogería hospedarse, y seguro tendré que usar su nombre para lograr que el staff del Heathman coopere. Resultó que al final no fue difícil. Mientras discuto nuestras necesidades para la sesión de fotos, casi puedo oír al conserje del hotel babearse. Sí, enfoca tu cabeza en la realidad, amigo, no estás ni cerca de ser la próxima perra de Christian Grey. Todo el mundo quiere un pedazo del Señor Grey. Al parecer, incluso mi pequeña timida amiga Ana.

 

Pero ¿qué es lo que quieres de ella, Sr. Grey? ¿Por qué estás persiguiendo tan desesperadamente a una estudiante? Y si logras tenerla, ¿qué daño le ocasionarás cuando la cambies por tu próximo juguete reluciente?

 

La efusiva voz que proviene de mi teléfono me trae de nuevo al presente; el conserje me recuerda que, para el Heathman, Christian Grey es un cliente muy valioso. Finalmente, prometiendo dar créditos al hotel en el artículo, el conserje acepta darnos el espacio gratis. Por supuesto que nos lo hubiera otorgado de todas formas dado que no querría arriesgarse a despertar la furia de Christian Grey por no cooperar conmigo. Pero, como sea, ambos llegamos a un buen acuerdo. Me doy cuenta, cuando cuelgo el teléfono, de que acabo de presenciar el Efecto Christian Grey. Afortunadamente, con mis antecedentes, seré inmune. Eso me liberará para enfocarme en cómo lidiar con las consecuencias del corazón roto de Ana.

 

A/N: Aviso legal: Todos los personajes públicamente reconocidos, lugares, etc. Son propiedad de sus respectivos dueños. Los personajes originales y  la trama son propiedad del autor. El autor no está asociado de ninguna forma con los propietarios, creadores o productores de ninguna franquicia.  No se pretende violar ningún Copyright.

Los personajes y la historia canon pertenece a EL James. Los motivos de los personajes y las historias alternativas son producto de mi imaginación y han sido moldeados gracias a los asombrosos reseñadores y Betas que me desafiaron y asistieron en diversas formas. 

La letra de la canción es propiedad de sus escritores y artistas originales.